Arrancame las ganas

 Nuestra vida y la música van de la mano.  

¿Te acuerdas de aquella primera vez que nos vimos?  

Yo acababa de llegar a esta nueva ciudad, en tu carro, me desnudaste con la mirada. 

Y ahora miranos aquí, llegando a esta fiesta juntos.  

El lujo, el fuego, nos rodean.  

Tú me preguntas si quiero bailar contigo este tango y yo te susurro eso que ambos sabemos muy bien... Cariño, arráncame las ganas. Y me alejo para comenzar.  

 

Es fácil dominar el arte de este baile cuando estamos bailando juntos.  

El tango se trata de sensualidad, de sentirse indomable, de pasar horas quizás arreglándome para que cuando me vea quieras quitarme la ropa interior negra con tus dientes. Rozando cada pedazito de piel con tus fuertes manos, eligiendo un par de dedos para hacerme estallar de placer. 

 

Este tango trata de y de mi. 

De cuando el agua se convierte en fuego,  

De cómo conocemos cada rincón del cuerpo del otro. De cómo la temperatura aumenta mientras mis manos bajan por tu torso desnudo rumbo a al paraíso.  

De como tu boca se abre al verme tragar luego de llegar al éxtasis.  

 

Somos como dos hechiceros, una vez que vimos los ojos del otro llenos de lujuria ya no hubo vuelta atrás.  

Estamos rodeados de gente pero ninguno de ellos importa.  

Arráncame las ganas.  

 

Estoy a tus pies. 

No de una manera sumisa y aburrida, sino rendida ante tus encantos. Quiero cumplirte cada una de tus fantasías, aquí y ahora.  

La música sigue sonando y yo te miro relamiendo mis labios. 

Amor, Arráncame las ganas.  

 

Tu mano baja por mi cintura y yo continuó bailando.  

Me alejó para que así me veas.  

El baile trata de convencer a la audiencia que tu pareja es sexy, pero yo ya lo que pensas.  

 

Queres subir tu mano por mi garganta, apretar ligeramente.

Sabes que eso me calienta.

Darme la vuelta, y colocándo la mano en mi cintura apretarme contra ti.

La necesidad aumenta a la par que crece... la pasión 

No estamos solos. 

Pero no sería la primera vez que con personas alrededor nos quitemos la sed, soy como el agua en tu desierto. 

 

Nos continuamos provocando.  

Ya estamos acostumbrados a eso, si incluso a distancia nos calentamos.  

Mi cuerpo es tuyo. Tú cuerpo es mío.  

Subime la falda y amarrame a tus caderas. 

El baile llega a su final y por fin nos besamos.  

Nos devoramos.

Fue uno de sus besos que nos alejó de la muerte, mandando un calor intenso entre nuestras piernas. 

 

Tener tu lengua en mi, es como un elixir que me vuelve adicta. 

Y yo lo que te provoco.

Nadie te la pone tan dura como yo.  

Está noche va a durar una vida entera. 

Te voy a demostrar que como yo no hay dos.  

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